Para este sábado propuse hacer la 14ª etapa de nuestro peculiar recorrido del GR7 por nuestra comunidad a la cita se unieron Mari, José, Miguel, José Vicente, que formaron el grupo uno y Manuel Carlos Pablo y Juan Carlos y yo el otro. En un principio tenia pensado no hacer los casi 8km de asfalto que hay antes de llegar a Cortes pero después de meditarlo y coincidiendo con Pablo decidí hacerlo al completo. Nos dividimos en dos grupos uno se dirigió al Campamento de Tabarla y el otro a Cortes. Llegamos a nuestro destino y en la subida al pueblo comenzamos a comentar que después de 20km al grupo uno se les iba hacer muy pesados esos 8km. Aparcamos un poco antes de llegar a lo mas alto y nos preparamos para empezar nuestra ruta. Iluminados por las pocas farolas que hay nos encaminamos carretera abajo, saque el frontal mas que nada para que los pocos coches que pasaban nos vieran. Cruzamos el túnel y el puente sobre el pantano, ya había más claridad y empezamos a subir, el paso era rapidito más que por el frío yo diría que por el peligro que conlleva caminar por una carretera y en particular esta que la mayoría del trayecto no tiene arcén. Nos costo un poco más de una hora recorrer este tramo, una vez fuera de la carretera la marcha fue más tranquila. Las vistas del pantano y del castillo de Chirel nos alegraron e hicieron mas agradable la fuerte subida que estábamos haciendo no se acababa nunca. Una vez pasado este tramo tan vertical, se suavizó la subida y nos adentramos en una zona bastante tupida de vegetación en algún momento estaba tan cerrada que costaba atravesarla. Cuando estábamos terminando la carretera le llame a José para ver como les iba y me contó que habían acabado de subir una buena cuesta y que se dirigían a la sierra Martes y el Ñoño y que querían llegar a Venta Gaeta para almorzar, también Miguel decía que les habíamos dejado sin vino bueno le dije nosotros pensamos llegar también allí para almorzar. Cuando se lo comenté a los demás, alguien comento, a Venta Gaeta (ni de coña) aun queda mucho, bueno son las 9:15 cuando sean las 10:15 veremos donde estamos y ya decidiremos.
Un poco antes de culminar la ultima subida antes de la Venta le volví a llamar y solo les faltaban 15m para llegar a nosotros más o menos igual y decidimos vernos allí y almorzar todos juntos. Coincidimos en la llegada y almorzamos en el parque al lado de la fuente, José se acerco al bar y nos saco un plato de aceitunas y quien quiso almorzó con cervecita fresca. Les comente que los 8km de carretera igual se les hacia demasiado pesado y peligroso que si decidían no hacerlos podríamos intentar ver como solucionarlo. Le llame a Paco, mi hijo, para que averiguara si su amigo Javi se encontraba en el Oro y si podría acercarlos a Cortes. Después de algunas llamadas quedo todo claro, José le llamaría a Javi cuando estuvieran cerca de la carretera y él los llevaría a Cortes. Una vez tomado el café y hacernos la foto de grupo con la sierra Martes detrás cada uno se dirigió a su destino.
Las piernas pesaban más que por la mañana, se encontraban como adormecidas, frías pero pronto se despertaron y entraron en calor, no es para menos con la subidita que estábamos realizando camino del Ñoño. Unos cazadores se nos quedaron mirando mientras subíamos, pero no oímos ningún disparo. El calor nos hizo despojarnos del polar y fuimos en maga corta, la temperatura era primaveral a tope. Las vistas eran bonitas alcanzamos a ver el mar, la sierra Martes por su vertiente norte y pasamos por un deposito de agua y una fuente, el caminar era alegre a pesar de los 24km y 1000m de desnivel y ligeritos, mira que nos gusta darle caña al cuerpo.
La guinda de la ruta fue la ultima bajada, Manuel Carlos, Juan Carlos y yo como no nos gusta las bajaditas empezamos a dejarnos llevar por la pendiente y bueno ya os podéis imaginar, Pablo se lo tomo con mas calma y precaución. Llegamos al coche y nos fuimos al río a poner los pies en el agua, fría quien dijo fría súper-súper fría, los pies no me los notaba, que barbaridad pero eso si fresquitos si que se quedaron. Mientras nos dirigíamos a comer nos llamó Miguel para decirnos que se encontraban de camino también y que nos veríamos en la comida.
Mientras Carmen K y mi padre estaban preparando las brasas para que estuvieran a punto cuando llegáramos como así sucedió. Mientras asábamos nos tomamos unas cervecitas todos juntos y nos dimos una comilona de Órdago como la ruta. Para el resopón tarta de bizcocho que trajo Pablo y coca de carlota que trajo Mari las dos buenísimas.
PD. Nosotros hicimos el tramo de carretera y pasaron pocos coches pero si alguien lo piensa hacer a horas de más tráfico que tenga mucho cuidado, es bastante peligroso.
Muchas gracias a Javi por la ayuda que nos ha prestado al acercarnos a Cortes.
Por lo demás una ruta excelente una comida fabulosa al igual que la compañía gracias a todos.
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