domingo, diciembre 11, 2011

Doceava etapa GR7 Reatillo-Rebollar y Pico El Tejo (1250m)

Este sábado como ya comenté íbamos a tener que improvisar ya que el GR7 esta cortado por una valla, para ello uniríamos esta etapa con un punto geodésico el Tejo con 1240m.
Para esta ruta contamos con la colaboración de Miguel y Fina lo que nos permitió hacerla todos juntos, ellos se encargaron de recuperar los coches y llevarlos al Rebollar donde terminaríamos la ruta.
Sobre las 8h comenzábamos dejando el Reatillo por una puerta con traviesas en el suelo para que los animales no puedan pasar como las que hay en algunas fincas, el día empezaba a despertar y la mañana se presentaba fresquita.
Abandonamos la pista y cruzamos el río de pronto nos encontramos con una puerta cerrada con un trozo de valla a los lados, no sabíamos que hacer si seguir o dar la vuelta, como vimos que a pocos metros se podía pasar nos metimos creyendo que se podría salir después sin dificultad, siempre íbamos por pista, seguíamos las señales del GR hasta que nos desviamos para subir al punto geodésico El Tejo, una constante y exigente subida, hasta que nos dimos de frente con la valla, la fuimos siguiendo hasta estar cerca del punto geodésico pero nos encontrábamos en la otra parte y no había paso alguno, ¿que hacer? Os lo podéis imaginar, modalidad olímpica (salto de vallas). Una vez en la otra parte nos hicimos la foto de grupo en el punto geodésico, el viento soplaba frío lo que nos obligó a buscar un sitio resguardado para almorzar. Una ver terminado el almuerzo continuamos la marcha siguiendo las marcar del PR418 que pasando por el corral de D. Manuel, nos llevaría hasta la casa de la Roja donde enlazaríamos con el GR7. Este tramo es todo pista y se hace algo monótono, el grupo se fraccionó cada uno iba a su bola pero todos sin perderse de vista, a veces viene muy bien caminar un rato solo, en silencio.
Una vez enlazamos con el GR7 todos juntos recorrimos el tramo final, pista, mas pista y asfalto, es lo que hay. Terminamos en el pueblo del Rebollar donde Miguel y Fina nos esperaban después de haber hecho una pequeña ruta por los alrededores. Pablo nada más llegar fue en busca de la fuente para refrescarnos y lavarnos los pies, bueno el que se los lavó porque el agua estaba mas que fría, nos tomamos unas cervezas que José llevaba en la neverita y nos fuimos a comer a casa de mis padres en Calicanto donde Almudena nos había preparado un plato muy típico y algo particular de la mancha, las Gachas Manchegas que estaban de muerte, al que le gusten, luego de una sobremesa muy agradable nos despedimos y hasta la próxima.
PD. Es una pena que no se respete la servidumbre de paso como ocurre en la zona de Castellón hay porteras que te permite pasar siempre respetando la propiedad, luego las dejas cerradas y como sino hubiera pasado nadie, no ocurre lo mismo en este tramo hay kilómetros y kilómetros de valla que cortan el paso.