domingo, octubre 04, 2009

Cresteando por la Serrella

Este sábado hemos recorrido parte de la sierra de la Serrella desde Benasau en la comarca del Comtat, con un tiempo esplendido para andar.
Sobre las 8 de la mañana empezábamos la ruta saliendo por la carretera que va hacia Guadalest, que a los pocos metros dejamos para seguir por una carretera a la izquierda que nos sube hacia la sierra. El ritmo que imprimieron los que iban delante era bastante alto, aun no se habían desentumecido los músculos que se habían atrofiado en el viaje por lo tanto el grupo se seccionó muy pronto aunque si que es verdad que se hicieron varios reagrupamientos. En la subida se nos unió un hombre entrado en años que había salido a dar una vuelta con un compañero, pero este había optado por subir por una pedrera que se veía desde el camino y que nos preguntábamos si tendríamos que bajar por la misma, nos acompañó un largo tramo y cuando le pareció se despidió dando vuelta atrás por el mismo camino.
Como es bien sabido cuando se va por pista da pie a poder conversar y esto fue lo que sucedió que más de uno le dio al pico que también es muy saludable y bueno.
Conforme íbamos subiendo comentábamos que las vistas serian estupendas desde la cima. Nos detuvimos un momento para ver todo el valle que con su tierra de color ceniza lo hace algo especial. Seguimos en busca de algún sitio chulo donde almorzar y Pablo lo encontró, en unas piedras que daban a un precipicio con unas vistas espectaculares. Una vez terminado el banquete continuamos camino hacia la caseta del guarda en el pico de la Serrella donde conversamos con el y nos hicimos la foto de grupo. Proseguimos por una pista abandonada que se convierte en senda y empezamos a crestear por encima de las rocas, esta vez no había niebla que nos impidiera ver la profundidad lo que la hizo diferente. Todos nos preguntábamos por donde bajaríamos a Benasau si por senda o por la bajada que habíamos visto al principio, conforme nos acercábamos al final de la sierra la impresión era que no nos libraríamos de la súper bajada, como así sucedió. Llegamos a un punto donde la senda se perdía por una pedrera, buscamos sendas que bordearan la pedrera pero no las encontramos y nos deslizamos por la misma. Viendo que la cosa se complicaba Carlos y yo encontramos una senda que nos iba desviando hacia la derecha y que terminaba en un camino y por el llegaríamos a la carretera que nos llevaría a Benasau, pero como el resto del grupo se fue hacia la izquierda decidimos dejar la senda e ir en busca de los demás. Una vez tuvimos a la vista al grupo Carlos me propuso de bajar en línea recta hasta la pista y para allí que nos fuimos sin perder de vista al grupo. Una bajada espectacular de las que le gustan a Juan Carlos, bien que me acorde de el, parecía que bajábamos por la nieve aunque algún pinchazo nos dimos con las aliagas. Una vez llegamos a la pista nos reunimos con los demás que estaban presenciando los resbalones de los que aun estaban bajando, estos si que habían localizado la bajada que habíamos mencionado anteriormente.
Una vez reagrupados nos dirigimos a los coches donde llegamos sobre la 1 nos despedimos y hasta la próxima.
PD. Ha sido un acierto el comenzar la ruta por la pista pues al ser a primera hora y como da pie a poder conversar se hace más amena. El tramo que hemos ido cresteando precioso y la bajada espectacular. Me ha resultado una ruta muy bonita y entretenida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Kiquet estoy de acuerdo contigo ha sido una mañana completa de senderismo, con tiempo para todo-todo, y el final espactacular, nunca habia vajado asi, gracias a todos. Un saludo

Carmen D. dijo...

Hola Kiquet,
coincido contigo que darle al pico en las excursiones resulta saludable y bueno, por eso ya no nos condiciona tanto el nivel de las rutas a la hora de apuntarnos, porque sabemos que ademas del placer de andar vamos a tener nuestra dosis de compañia y conversación con los compañeros que de semana en semana (o de tarde en tarde) nos reencontramos.
Gracias por tus cronicas.
Gracias por "tu distancia de seguridad".
Saludos,
Carmen Doménech